Durante la República de Weimar (1919–33), Alemania
vivió el boom de las artes y oficios inspirada en el movimiento Arts and Crafts
inglés y promovida por Walter Gropius, (veterano de guerra).
Lo que Gropius tenía en mente era que la nueva
Alemania destruida por la guerra sería reconstruida por una generación de
jóvenes con habilidades prácticas e intelectuales para construir una sociedad más
civilizada y menos egoísta.
Walter Gropius
Para ello, nació la Bahaus (casa de construcción)
establecida en Weimar, una escuela de carácter democrático e educativo que
podría impartir un plan de estudios fuera de lo convencional pensado para que
cada estudiante siguiera su propio ritmo interno a nivel artístico y personal.
Bauhaus
Lo que Gropius quería implementar, eran que los
estudiantes de Bellas Artes colaboraran con todo tipo de artesanos, para
eliminar las barreras entre artesanos, arquitectos y pintores, y así crear una
obra de arte social. También copió el modelo de Arts and Crafts de William
Morris, en el que los estudiantes empezaban como aprendices, pasaban a
oficiales, y finalmente, se convertían en maestros (siempre teniendo en cuenta,
que eran lo suficientemente buenos para avanzar). Y finalmente, contratar a
grandes profesionales, para que los estudiantes fueran formados por maestros
reconocidos de la intelectualidad alemana de la época.
Estudiantes de la Bauhaus
Si por algo se caracterizaba la escuela era por sus
legendarias fiestas, generalmente temáticas (fiesta blanca, fiesta del metal,
fiesta de los cometas) y casi siempre de disfraces, donde, como es de suponer,
corría el alcohol y otras sustancias. La Bauhaus también trabajaba las fiestas
como una obra de arte.
Cambio
de orientación
Previniendo el desastre, y presionado políticamente
por acoger a todo tipo de izquierdosos, excéntricos y holgazanes, Gropius se
vio obligado a tomar cartas en el asunto. La filosofía artesanal y anti
materialista había acabado para la escuela. Ahora había que hacer dinero y
llevar el concepto de Bauhaus a una escala más industrial, pero sin perder la
esencia.
Un golpe maestro fue traerse al neoplasticista Theo
van Doesburg, que fue más o menos el creador de la Bauhaus que todo el mundo
conoce: líneas rectas, simplicidad y eficacia.
Theo van Doesburg
Producción
de arte
La maquinaria se puso a trabajar y de la Bauhaus de
esos años salieron todo tipo de diseños como: lámparas, sillas, mesas,
escritorios, juguetes, señalización, murales, vidrieras, alfombras, joyas,
entre otros.
En todo el mundo empezaron a conocerse las
creaciones de diseño fresco y original de la Bauhaus, sin importar ideologías
ni fronteras.
Sillas diseñadas por la Bauhaus
Fin
del sueño
Pero Gropius tenía enemigos. Quizás el peor era
Adolf Hitler, antiguo artista fracasado, que estaba empezando a subir
políticamente con su partido de agitadores y bravucones que parecía tener hipnotizada
a cada vez más gente.
Hitler odiaba tres cosas: el modernismo, los
intelectuales y los judíos. En la Bauhaus abundaban todos estos especímenes,
así que cuando el führer se hizo al fin con el poder, la escuela tenía los días
contados.
Gropius decidió hacerse un lado y le cedió las
riendas a un más que eficiente Mies van der Rohe, que trasladó la escuela a
Dessau y luego a Berlín.
En 1933 la más grande escuela de arte y diseño del
mundo se convirtió de la noche a la mañana para el gobierno en un nido de
víboras y alimañas creando arte decadente y subversivo, por lo que se ordenó su
cierre inmediato. Y para que nadie olvidara lo que detestaba las abominaciones
que se hacían ahí, organizó una exposición de EntarteteKunst.
Logo de la Bauhaus
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