El constructivismo ruso fue un movimiento artístico
muy influyente que floreció en Rusia en el siglo XX y evolucionó cuando los
bolcheviques llegaron al poder en la Revolución de octubre de 1917. A través de
este movimiento de arte moderno, se expresaron muchos de los avanzados artistas
soviéticos que apoyaban los objetivos de la revolución.
Se trataba de un enfoque nuevo para la creación de
objetos, aunque tomó ideas del cubismo, suprematismo y el futurismo. Su
objetivo era abolir la preocupación artística tradicional por la composición y
reemplazarla por “construcción”.
El constructivismo ruso exigía un análisis técnico
cuidadoso de los materiales modernos. Esta investigación debía finalmente
producir ideas útiles para la producción en masa, al servicio de los fines de
una sociedad comunista.
Sin embargo, el movimiento fracasó al tratar de
hacer la transición del estudio del artista a la fábrica. Algunos continuaron
insistiendo en el valor del trabajo analítico abstracto y el valor del arte en
sí. Varios de estos artistas tuvieron un gran impacto en la difusión del constructivismo
en toda Europa.
Historia
En 1917, Kasimir Malevich utilizó el término Arte de
la construcción para describir, despectivamente, la obra de Alexander
Rodchenko. Sin embargo, Vladimir
Yevgrafovich Tatlin fue quien por primera vez expresó las ideas
constructivistas, tras visitar a Picasso en París y empezar a producir una
serie de esculturas con material de desecho.
Vladimir Tatlin
Mientras tanto, después de la toma de poder
bolchevique, dos grupos de influyentes pintores abstractos moscovitas entraron
en pugna. El primero prefirió adherirse al arte puro, o arte concreto. Mientras
que el segundo grupo, que incluía a Tatlin, consideró que las bellas artes
tradicionales estaban muertas, y optaron por el trabajo utilitario y
propagandístico. Este último grupo ganó y se hizo conocido como
“constructivistas” o “artistas-ingenieros”.
En 1922,
Alexei Gan, teórico del movimiento, emitió un Manifiesto
constructivista. Luego, se prohibió el arte de caballete y se obligó a los
pintores y escultores a cambiar al diseño industrial. Muchos artistas
descontentos abandonaron Rusia. La creatividad para los que permanecieron fue
rígidamente controlada.
Alexei Gan
A mediados de la década de 1920, el constructivismo
ruso estaba en declive. Esto, en parte, se debió a la creciente hostilidad del
régimen bolchevique al arte de vanguardia.
Características
El constructivismo ruso se consideraba más una
filosofía que reflejaba una creencia en el arte para el cambio social y no como
una expresión personal. Sus partidarios abogaban por el arte y el diseño
funcional en lugar del arte decorativo y expresivo.
Una de las características principales del
constructivismo ruso era la aceptación de la modernidad. En general, se trataba
de un arte totalmente abstracto, con énfasis en las formas geométricas y la
experimentación.
El arte constructivista era optimista, pero no
tendía a ser emocional, privilegiando las formas objetivas y universales.
Se buscaba un nuevo orden en el arte, con la
experimentación de nuevos medios.
Una característica de este estilo era el
minimalismo, simplificando todo al nivel más fundamental.
El nuevo arte para el nuevo orden debería conducir a
una mayor comprensión, paz y unidad.
Arquitectura
Uno de los propósitos de la arquitectura
constructivista era inculcar la vanguardia en la vida cotidiana. El
constructivismo ruso buscaba construir los espacios en los que se podría lograr
la nueva utopía socialista.
Se crearon entonces proyectos utilitarios para los
trabajadores. Pero también se diseñaron proyectos extravagantes como Flying
City de Gyorgy Krutikov.
De esta manera, estos extremos demostraban las
tensiones entre el individualismo y el utilitarismo en el constructivismo. Por
un lado, se promovía una mayor igualdad de la sociedad y, por el otro, ofrecieron
algunos proyectos grandiosos e incluso temerarios.
Diseño
Las herramientas y técnicas de la pintura figurativa
más tradicional y los estilos de arte fueron reemplazados por fotomontajes
“construidos” y una fuerte tipografía.
El constructivismo ruso característicamente tenía
paletas de colores mínimos. En general, solo utilizaban el rojo y negro, y a
veces amarillo. Eran comunes los elementos diagonales con tipo e imágenes
circulares y en ángulo.
El resultado era extremadamente dramático, emocionante,
estremecedor e impactante, con imágenes en capas combinadas con tipografía
potente.
Originalmente, el estilo constructivista estaba
destinado a mensajes políticos. No obstante,
se filtró en anuncios de productos y carteles de todo tipo, así como en
portadas y partes interiores de libros.
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